Tonterias.

Es tarde, pero no me quiero dormir sin encontrar antes la respuesta de por qué cuanto más quiero odiarte, menos puedo hacerlo. Sé que es lo típico; cuanto más quieres olvidar, más recuerdas.
Pero no lo entiendo, y la cosa esta rara que tengo dentro tampoco lo entiende. Ni mis ojos lo entienden, que no sé por qué se ponen contentos al acordarse de ti y un minuto después se quedan vacíos y tristes. Ni mi cabeza, que se vuelve loca de repente y hay veces que se olvida de que existes y veces que hasta la cosa más tonta le recuerda a ti.
Pero, ¿por qué? Si no hay días a tu lado, ni recuerdos, ni nada que se le parezca. Alguno que otro día por ahí suelto, sin mayor importancia. El problema es que tengo grabadas cada una de las palabras que pronunciamos en esos días tontos. Y... por dolerme, me duelen hasta en el alma.
¡¡Qué tonteríaaaa!! Pero aquí sigo, cinco menos veinte de la mañana, y como una imbécil dándole vueltas y vueltas a la cabeza.
¿Obsesión? ¿Engaño? ¿Salvavidas?
Ya me pierdo.